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Y DIOS CREO A LA MUJER (Y II)
by FM abogados Tenerife in


Llegó Eva al Jardín del Edén (antes conocido como Paraíso) y, a falta de amiga del instituto que echarse al teléfono, le dio por intercambiar chismes con la primera serpiente que encontró. (Y que nadie se me asombre: es más fácil que una serpiente aprenda a hablar a que una mujer deje de soltar chismes)

- Y me deja sola todo el día.
- Pobrecita. ¿Y cómo dices que se llama eso que él dice que hace?
- Trabajar.
- Ese te la está pegando con alguna rumiante ligera de cascos.

Hemos de reconocer, llegados a este punto, que el trabajo que Dios le tenía encomendado a Adán era rarito, rarito…

Génesis 2,19: Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

- Un burro.
- ¿Y esto?
- Un urogallo.
- Eres un crack.

El oficio más antiguo del mundo: crítico de animales.

Pero nos estamos apartando de la cuestión. El hecho cierto es que, superado el entusiasmo inicial, el interés de Adán hacia su nueva compañera había decaído notablemente. No es que Eva no le atrajese sexualmente (un tío está genéticamente programado para sentir atracción sexual hasta por una boca de riego), es más bien que al primer hombre sobre la tierra nadie le avisó de las “peculiaridades” del regalito divino.

- Imposible Adán. Te repito que soy Imponente e Infalible.
- Y yo te repito -¡oh, Dios!- que tendrás mucha experiencia montando universos y bestias del campo, pero que esta hembra de humano tiene fallos de diseño.
- Dime uno.
- Pues que habla, sin ir más lejos.
- Tú también hablas.
- Sí, pero no después de la cópula.
- Nadie es capaz de hablar después de la cópula.
- Eva sí. Y durante horas.
- Ya revisaré los planos.
- Porque lo de devolverle el sexo a los querubines...
- ¡Que me dejes a los querubines en paz, carajo!

Pero Dios, que tenía otras cosas más importantes en la cabeza –enviar plagas, exigir sacrificios de primogénitos, interceder en competiciones deportivas…- se olvidó de reparar el prototipo de mujer que le había endosado a su único trabajador. Así que los problemas de Adán no hacían más que crecer.

- Cada vez llegas más tarde a casa.
- Pues verás mañana, que empiezo con los invertebrados.
- ¿Sabes lo que opina mi amiga de todo esto?
- Tu amiga te está llenando de veneno la cabeza.
- Quiero que me demuestres tu amor.
- ¿Mi qué?
- ¿Ves aquél árbol?
- ¿El que tiene un cartelito que pone: “Arbol del bien y del mal. Al que se acerque lo escacho”?.
- Ahá.

Y el resto de la película ya la conocen: Adán y Eva comen del fruto prohibido, Dios se agarra un mosqueo sideral y expulsión al canto acompañada de castigo ejemplarizante:

- Tú, mujer, parirás con dolor (cosa que sucederá no más de seis veces a lo largo de tu existencia, y hasta que inventen la epidural). Y tú, Adán, ganarás el pan todos los días con el sudor de tu frente.
- Me pido lo de parir con dolor, jefe.
- Calla, atontao, y empieza a enviar currículums.

Y más o menos así fue la primera historia de amor de la que se tiene noticia. Luego tuvieron unos problemillas con los hijos, (lo habitual cuando tienes dos hijos que se llevan poco tiempo, que uno le mete un quijadazo a otro y lo deja seco), pero eso es otra historia.

Hasta pronto.

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