hover animation preload

Y DIOS CREÓ A LA MUJER (I)
by FM abogados Tenerife in




Me dispongo a desarrollar bajo la categoría que en un acto de originalidad sin precedentes he bautizado como “ELLAS” varios artículos que tienen como nexo de unión el sexo femenino (con “sexo femenino” me refiero al todo, o sea, a las mujeres, y no a la parte, o sea, a la parte del todo femenino que sirve como nexo de unión con el sexo masculino, entendido éste como parte también)

(Leve pausa para que deserte el noventa por ciento de los potenciales lectores…)

Como decía:

¿La finalidad de estos artículos? Podríamos encontrarla a medio camino entre el desahogo personal y una vocación de servicio hacia aquéllos mis congéneres que por la razón que sea no han conseguido desentrañar aún la naturaleza oculta de esa la cotitular de su cuenta corriente.

En base a todo lo cual, y sirva como advertencia única, se rogaría encarecidamente a las mujeres sin sentido del humor –si es que tal cosa existe- se abstengan de continuar leyendo estas líneas y las que hayan de venir, y continúen examinando –si gustan- el historial de navegación de sus respectivas parejas.

Pero vayamos sin más demora al tema planteado.

Si hemos de hacerle caso a Dios, existió un tiempo en que el Hombre (como género) no convivía con la Mujer (como entelequia con tanga). De hecho, en ese tiempo remoto de la Creación al parecer los hombres ni tan siquiera sabían qué diantre era una mujer, razón por la cual tardaron considerablemente en inventar internet y el cortauñas, y los albañiles de la época (que ya los había) se tenían que conformar con soltar barbaridades a las aves de corral (con escaso éxito –cabe añadir-, salvo en el caso de las gallinas, que son como son y no las voy a descubrir ahora).

En aquel tiempo –siempre según la Biblia- el hombre vivía en el Paraíso, feliz y ajeno a la existencia de utensilios tan necesarios como el datáfono, la termomix y la escobilla de water.

- Y eso que aún no hemos inventado el fútbol.
- ¿Y eso qué es?
- Es como lo que hacemos con las cabras, pero con los pies y vestidos.
- ¡Qué rarito eres!

Hasta que un buen día Dios -al que se ve que esa semana le habían regalado una caja de herramientas en el Leroy Merlin y andaba como un loco del bricolaje sideral tratando de montar el universo - decidió echarlo todo a perder como sólo un tío es capaz de echar a perder las cosas.

Mucho y para nada.

Cito:

Y dijo Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea." (Genesis: 2.18)

De la primera de dichas afirmaciones se desprenden tres preguntas y media:

1.- ¿Por qué no era bueno que el hombre estuviera solo?
2.- ¿No era bueno para quién que el hombre estuviera solo?
3.- ¿Tiene esto algo que ver con la súbita desaparición del sexo de los ángeles? Y ya de paso, ¿Cómo era un querubín antes de convertirse en una polilla gigante?

Nunca lo sabremos, me temo.

Lo que yo quería analizar, no obstante, es la segunda parte de la frase divina, o sea, lo de “le haré una ayuda idónea.”

Yo soy Adán y le escucho a Dios decir eso y cuanto menos hubiera esperado recibir una navaja suiza, qué quieren que les diga. Será que como los dioses tienen de todo (menos mujer, curiosamente), no son conscientes de las necesidades reales de sus criaturas y lo mismo te tienen vagando cuarenta años por el desierto hasta dar con la tierra prometida (no se nos olvide que Dios será todo lo imponente que quieran, pero al fin y al cabo es un tío y jamás reconocerá que se ha perdido) que te endosan en concepto de “ayuda” una versión debilucha, parlanchina y centrifugada de ti mismo.

Porque –y que nadie se me ofenda- pero no se me ocurre qué utilidad tenía introducir (con perdón) una mujer en el Paraíso, salvo que tuviera que desempeñar alguna tarea como cambiar los frutales de sitio, hacer compota (sea lo que sea eso) o alinear los planetas según los dictámenes del feng sui.

En cualquier caso, para una nueva ocasión en que Dios se ponga espléndido, agradecería me acompañara al regalo el ticket de compra, por lo que fuere.

(continuará)




0 comentarios:

Publicar un comentario